Hoy en día no podemos decir que haya brujas en la sociedad como sí sucedía en siglos anteriores donde la Santa Inquisición buscaba sin parar a las brujas para quemarlas. A lo largo de los más de 300 años que duró la caza de brujas, los modos y técnicas para identificar a las brujas variaron notablemente, pero tras la publicación del Malleaus Maleficarum todo se redujo a un: “Si a una mujer la acusa de brujería, es que es bruja”. A continuación os daremos unas pistas de cómo identificar una bruja.
Un brujo o una bruja es una persona que practica la brujería. Si bien la imagen típica de un brujo o de una bruja es muy variable según la cultura, en el mundo occidental se asocia particularmente a una bruja con una mujer generalmente fea y vieja con capacidad de volar montada en una escoba, así como con el Aquelarre (lugar de brujas) y con la caza de brujas (búsqueda e identificación de brujos y brujas).
Sin embargo, esta imagen de la bruja clásica mezclan realidad con ficción convirtiéndose, así, en auténticas leyendas que han formado parte de los cuentos infantiles, de las historias más tenebrosas y del imaginario colectivo del terror.
Pero, pese a todo esto, lo cierto es que las consideradas "brujas" en antaño, simplemente eran mujeres que usaban las propiedades de remedios naturales (como plantas, flores, piedras, etc.) para hacer brebajes (los conocidos "hechizos") y conseguir un propósito concreto. El conocimiento que estas mujeres tenían sobre la naturaleza, les hacía estar un paso más allá, en contacto con todo lo supraterrenal, el mundo de las energías y de lo intangible, por este motivo, eran consideradas malvadas
Así pues, si quieres identificar a una bruja lo primero que tenemos que remarcar es que esa imagen que te viene a la mente (mujeres vestidas de negro, con sombrero y escoba voladora) no existe ahora ni nunca ha existido, únicamente ha sido una leyenda que se ha formado alrededor de estas mujeres que practicaban conjuros y hechizos.
Actualmente, no usaríamos la palabra "hechizos" para referirnos a las brujas pero sí que podemos hablar de "remedios naturales", "remedios milagrosos" que es lo que, en el fondo, siempre han estado haciendo las brujas: aprovechar las propiedades curativas de la naturaleza para crear mezclas capaces de diferentes virtudes.
La vinculación de las brujas con la naturaleza hace que estas mujeres suelan llevar una serie de amuletos que contienen propiedades concretas. Esto no es más que afiliarse a la gemalogía, es decir, el uso de las piedras y su energía como protectores o como llamadores de salud.
Actualmente, existen muchísimas personas en el mundo que creen en los poderes de las piedras y las llevan en colgantes, en pendientes o las cuelgan en la puerta de su hogar. Ahora esto no se ve ni extraño ni maligno, pero en la Edad Media (época de la caza de brujas), cualquier poder vinculado con algo material era considerado herejía y traición a Dios puesto que, únicamente, la energía divina y el poder de Dios era capaz de proveernos de buena salud y de prosperidad.
Otra forma de poder identificar a una bruja es que te fijes en los entornos en los que se mueve y los intereses que tenga. Piensa que, tal y como ya hemos comentado, estas personas están vinculadas al mundo espiritual y, por tanto, es probable que crean en las ciencias ocultas, en el esoterismo, en la lectura de cartas, etcétera. Creen en otro mundo que no es visible mediante nuestros sentidos y, por eso, suelen moverse por sectores más esotéricos que también creen en el poder de la energía humana y natural.
Así pues, es importante que maticemos que las consideradas "brujas" en la Edad Media no eran más que personas vinculadas al mundo de la espiritualidad, a la naturaleza y al libre albedrío. Solían ser mujeres pertenecientes a las clases bajas de la sociedad que buscaban remedios para calmar su malestar o ayudar a sus familiares gracias a las propiedades curativas que nos brinda la naturaleza.
Estas prácticas están, ahora, muy extendidas en la sociedad y existen una gran variedad de remedios naturales para cuidar afecciones o problemas estéticos, además de aparecer la rama de la medicina conocida como la Naturopatía. El contacto con nuestro espíritu y el mundo de las energías está, ahora, también más vivo que nunca y por eso se han extendido prácticas como la meditación, el yoga, los retiros espirituales, etc., algo que en la Edad Media hubiera sido tratado como brujería.
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